Radiofreciencia
Facial
Radiofrecuencia
Corporal
¿En qué consiste la radiofrecuencia?
La radiofrecuencia implica la aplicación de ondas electromagnéticas de alta frecuencia sobre la piel, lo que induce un calentamiento controlado de las distintas capas de la dermis y promueve:
- La formación de nuevo colágeno.
- El drenaje linfático.
- La circulación en la piel y el tejido subcutáneo.
- La migración de fibroblastos.
Dependiendo de la frecuencia utilizada, se pueden calentar distintas capas de la dermis. Es un procedimiento indoloro utilizado para tratar la celulitis y la flacidez de la piel en cualquier área del cuerpo.
El efecto inmediato de la radiofrecuencia es la contracción del colágeno, que tras varias sesiones, logra reestructurar el colágeno profundo y formar nuevas fibras que reemplazan a las envejecidas, aumentando la elasticidad de los tejidos y resultando en una piel más firme, así como en la reducción de arrugas y flacidez epitelial. Los resultados suelen ser visibles después de un mes de tratamiento y continúan mejorando con el tiempo, aunque varían según el estado del colágeno de cada individuo. Se requieren entre cuatro y diez sesiones, dependiendo del área corporal a tratar, y se pueden realizar sesiones de mantenimiento después de algunos meses.
Es normal un leve enrojecimiento de la piel al finalizar cada sesión de radiofrecuencia, que desaparece rápidamente. Además, es una técnica muy segura con algunas contraindicaciones: embarazo y lactancia, enfermedades cardíacas, trastornos de la coagulación, enfermedades neuromusculares, implantes recientes de colágeno, prótesis metálicas, marcapasos o obesidad mórbida.
La radiofrecuencia se puede combinar con otras técnicas estéticas para tratar manchas, arrugas, eliminación de venas en la cara, entre otros.