Ácido hialurónico
Con el envejecimiento, la grasa, los músculos, los huesos y la piel del rostro tienden a perder grosor. Esta disminución de volumen puede resultar en un aspecto hundido o flácido, con la emergencia de líneas finas, arrugas y pliegues, así como labios más delgados.
El ácido hialurónico (AH) inyectable se emplea para atenuar las arrugas y pliegues faciales, además de restaurar el contorno y volumen tanto facial como labial. Los efectos del AH inyectable son inmediatamente visibles.
Además de las indicaciones mencionadas, el relleno dérmico con ácido hialurónico se puede utilizar para:
- Remodelación nasal.
- Restauración de cicatrices.
- Perfilado de mentón.
- Mejorar el aspecto de los lóbulos auriculares.
- Rejuvenecimiento de manos.
- Resultados y durabilidad
Actualmente, hay varias gamas de ácido hialurónico (AH) inyectable en el mercado, incluyendo Belotero, Juvederm, Restylane y Voluma, entre otros. Cada uno de estos productos tiene propiedades distintas que determinan las zonas más adecuadas para su aplicación, la profundidad de la inyección y la duración de sus efectos.
Además, la duración y el resultado del tratamiento con rellenos varían según las características individuales del paciente, como la edad, además de los factores previamente mencionados. Por ejemplo, un relleno labial puede tener una duración de 6 meses, mientras que en los surcos nasolabiales puede durar entre 9 y 12 meses o más. Voluma puede mantener su efecto hasta 24 meses si se aplica en las mejillas. Pasado este tiempo, es necesario repetir el procedimiento para conservar los resultados deseados.
Evaluación inicial
Durante la primera consulta, el dermatólogo examinará los antecedentes personales y la medicación habitual del paciente, además de evaluar las áreas que requieren tratamiento. Si se detecta algún problema cutáneo en el rostro, se deberá posponer el procedimiento. Los pacientes que estén tomando medicamentos antiagregantes o anticoagulantes deben interrumpir su uso dos semanas antes de la infiltración. No es aconsejable realizar la infiltración de ácido hialurónico (AH) en pacientes con trastornos de coagulación, diabetes mellitus no controlada, mujeres embarazadas o en período de lactancia, aquellos bajo tratamiento inmunosupresor o con alergia a los componentes del AH. Se deben considerar los posibles efectos secundarios.
Los efectos secundarios más frecuentes incluyen: edema, eritema, hematomas, sangrado o sensación de bultos subcutáneos, que desaparecen con el pasar de las horas. En pacientes con antecedentes de herpes labial, se puede producir una reactivación del virus que se previene con medicación adecuada.
De forma infrecuente pueden presentarse reacciones alérgicas o inflamatorias, infecciones cutáneas, formación de ampollas, oclusión vascular, migración del material de relleno.
Si se produce alguna complicación, se puede utilizar hialuronidasa para disolver el relleno de AH. La hialuronidasa es una enzima que rompe las moléculas de ácido hialurónico, permitiendo su reabsorción y por tanto desaparición.
Durante la infiltración del ácido hialurónico se puede utilizar anestésicos tópicos y/o infiltrados para una mayor comodidad del paciente durante el tratamiento. Además, la mayoría de los preparados comerciales ya incluyen lidocaína en su composición.